Yoga facial: beneficios y cómo establecer tu rutina

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Tips para tonificar y mantener sano tu rostro con Yoga Facial

Alguna vez, después de tu práctica de ejercicio diario, te haz preguntado ¿qué hay de los músculos de tu rostro? El siguiente artículo describe los beneficios del yoga facial y te brindará algunos tips para establecer una rutina que ayudará a tonificar y mantener sano tu rostro.

Procurar ejercitarse para mantener un cuerpo sano es fundamental, contamos con una amplia variedad de disciplinas que nos permiten cumplir dicho propósito, incluyendo el yoga, actividad que hoy en día goza de gran popularidad al proporcionar tanto salud física como mental. Sin embargo, en las rutinas convencionales se deja de lado los músculos faciales, cuyo entrenamiento tiene efectos positivos para el rostro, incluyendo una apariencia rejuvenecida.

El cuerpo humano cuenta con alrededor de 650 músculos somáticos, es decir que podemos mover, aproximadamente 43 de estos pertenecen al rostro, de los cuales hacemos uso diario ya sea voluntaria o involuntariamente. Sin embargo, dicha actividad puede complementarse con una rutina de ejercitación que ayude a tonificar la piel, tal y como se ha comprobado a través de estudios como el de la Universidad Northwestern “Facial Exercises Fight Appearance of Aging” publicado en la revista JAMA Dermatology.


¿Cuáles son los beneficios del yoga facial? 

El yoga facial se inspira en la práctica milenaria que le da nombre, por ello no solo trae beneficios físicos desde mejorar la circulación, prevenir flacidez, estimular el sistema linfático y prevenir la aparición de arrugas; además, ayuda a nivel mental a través de la meditación, permitiendo la relación y liberación de estrés. 


¿Cómo establecer tu rutina? 

Al igual que el yoga enfocado en el cuerpo existen diversas rutinas dependiendo de la intención de la práctica y el nivel de expertise. A continuación, te presentamos una rutina básica y sencilla de 6 a 10 minutos, que combina sencillas posturas de cuerpo y ejercicios faciales. No olvides prestar mucha atención a tu respiración. 

  1. Usando las yemas de tus dedos (no las uñas) presiona suavemente todo tu cuero cabelludo de forma rítmica durante un minuto. Enfócate en los puntos donde al presionar se sienta bien, puedes cerrar los ojos durante esta práctica. 

  2. Durante un minuto, presiona tu cabeza con las palmas de las manos justo por encima de las orejas, donde hay una ligera depresión en el cráneo. Al exhalar por la nariz, aumenta gradualmente la presión mientras mueves las palmas de las manos con movimientos circulares.

  3. Siéntate en una silla o en el piso. Extiende el brazo derecho en un ángulo de 45 grados con la palma de tu mano mirando hacia el piso. Alcanza sobre tu cabeza con el brazo izquierdo la sien derecha, tocando con los dedos medio y derecho. Mientras inclina el cuello hacia la izquierda, abre el pecho mientras tiras de la sien derecha hacia arriba extendiendo la inclinación del cuello. Procura extender completamente los músculos del cuello, hombros y brazos. 

    Mientras sostienes la postura, estira la lengua lo más que puedas en la dirección de la inclinación. Dirige tu mirada hacia arriba y exhala por la boca durante unos diez segundos, sacando todo el aire de tus pulmones. Repite del lado opuesto.

  4. Sosteniendo los brazos frente a ti, junta el dorso de las manos. Levanta los brazos hacia arriba hasta que estén detrás de las orejas. Exhala mientras presionas los omóplatos y, si es posible, endereza los codos. 

    Haz una “O” con tu boca. Tira hacia abajo tu labio superior para estirar el área debajo de la nariz, alisando las líneas entre las fosas nasales y la boca. Procura no arrugar la frente. Mientras respira por la nariz, gira la mirada hacia arriba, siente el estiramiento desde la boca hasta debajo de los ojos. Mantén esta postura durante 3 a 5 respiraciones. Resiste la tentación de respirar por la boca, hazlo por la nariz.


Si quieres extender un poco más tu rutina, te recomiendo agregues uno o más de los siguientes ejercicios: 

  1. Abre la boca para formar una "O" y dobla el labio superior sobre los dientes. Sonríe para levantar los músculos de las mejillas, luego coloca los dedos en la parte superior de la mejilla. Levanta las mejillas hacia arriba y repita bajando y levantando 10 veces.

  2. Sonríe sin mostrar los dientes. Aprieta los labios y luego sonríe, forzando los músculos de las mejillas hacia arriba. Coloca los dedos en las comisuras de la boca y deslízalos hacia la parte superior de las mejillas, manteniéndolos durante 20 segundos.

  3. Presiona suavemente con tres yemas de los dedos debajo de cada ceja para forzar la apertura de los ojos. Sonríe mientras tratas de presionar el área. Cierra los ojos y gira los globos oculares hasta la parte superior de la cabeza, manteniéndolos durante 20 segundos.

 
 

Por Brenda Hernández | IG @bougambilly

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FUENTES

  • Universidad Northwestern (2018). “Facial Exercises Fight Appearance of Aging”. Disponible en https://magazine.northwestern.edu/news/facial-exercises-fight-appearance-of-aging/. 

  • Fumiko Takatsu (2016). “The Ultimate Guide To The Face Yoga Method: Take Five Years Off Your Face”. Disponible en https://faceyogamethod.com

*Este texto es sólo para fines informativos, educativos o de orientación social.